CRISIS


Luisa Valenzuela


Pobre. Su situación económica era pésima. Estaba con una mano atrás y la otra delante. Pero no la pasó del todo mal: supo moverlas.

CONFESIÓN

Pere Calders

Mi novia me dijo que un pecho sí, pero que el otro no, porque lo tenía apalabrado. Colérico y egoísta, perdí el único que quedaba disponible.