¿Me perdonarás algún día, mamá?



Diego Fonseca

Es mejor que lo sepas por mí y no por otros: me voy de la casa. Pero,antes, quiero dejar las cosas claras y en orden. Tu marido, que no es mi padre, te engaña. Se acuesta con la vecina noche de por medio,cuando te mete doble Rohypnol en el postre y te quedas planchada en la silla de la sala.
Alguna vez se me lanzó, pero lo paré con una patada de burra. No le pidas por un crío: quedó estéril. Perdí la virginidad a los catorce. Y con mi padre biológico. Ni yo ni él sabíamos nada. Estaba borrachísimo en un bar del centro. Papá todavía era un toro joven.
Dejé la universidad hace años. Todos los reportes son falsos. Al título me lo vendió un peruano cerca de Gallardón. Costó mucho pero le sacaré renta.
Dios no existe, má.
La abuela está enterrada en el patio. Trozada y en bolsas de basura deconsorcio.
Cuando creías que comía por ansiedad, estaba embarazada. Mi hija es la rubiecita que cuida la vecina. Sí, la que te birla a tu esposo.De paso: él no trabaja en ninguna consultora de software. Roba bancos y arrebata carteras y bolsos en el metro. Tiene pandilla propia. Le llaman El Juli.
La cazuela del otro día era de perro, no de cordero. No, ni a Frida ni a Cielito se los llevó la perrera municipal, mamá. Ya que estamos: el sabor de las sopas de la semana pasada no parecía, era sangre. De la abuela. Es evidente, tu querida madre no sufría de Alzheimer alguno; tampoco se perdió en el mercado. Era una vieja insoportable, chillona y maloliente.
Quiero ser actriz. Si le mentí a la policía, puedo con más.
Oh, casi lo olvido: al crápula de tu marido lo encontrarás en el pozo aledaño al de tu madre. Anoche me vio escribiendo este texto y me ofreció silencio a cambio de una fellatio.
Oh, dulce. Le respondí con el Cuisinart para carnes rojas.
Perdona si te dejo la cocina un poco sucia, pero no he podido remover todo. Revisa bajo el refrigerador; puede que halles algún resto de su carne.
Cuando te levantes, no intentes nada. Corté la línea telefónica y me llevé los móviles. No hay internet y las puertas quedaron bloqueadas por fuera. Lo siento, má, pero debía ganar tiempo por si se te ocurría seguirme. Hay comida en el refrigerador. Puedes sobrevivir una semana.
Para entonces ya estaré lejos. Por si acaso, no toques el guiso del Tupperware amarillo: son las vísceras de tu ex. Las cociné para el gato. Seguramente los vecinos o alguna amiga tuya vendrán a visitarte y entonces podrás salir antes de siete días. Tampoco procures buscarme entonces: no quiero ser encontrada y no me hallarás.
Perdona si te he fallado. Sé que esperabas otro tipo de hija.
Y hablando de prole, no te acerques a la casa de la vecina. La muy puta está en el tercer foso, al otro lado de la abuela. El cuarto agujero lo ocupa papá. El quinto, más pequeño, quedó vacío. Hedecidido llevarme conmigo a mi niña, carne de mi propio padre.
Como verás, he intentado dejar las cosas en orden.
¿Me perdonarás algún día, mamá? Créeme: si estás viva es porque te quiero.
En cambio, si me excedí con la dosis de Rohypnol, pido a quien lea estas líneas que tenga la bondad de ocupar la tumba libre con los restos de mamá. Y digo restos por una razón: sin nadie en casa para abrir el refrigerador, el gato comerá lo primero que encuentre.

foto:“De Cuerpos y Con Alma, dibujos recientes” de Gabino Rosario. Pintor Dominicano

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